Fuente: iagua.es
Para que un país tome decisiones acertadas en materia de regulación y gestión de aguas, se requiere contar con un sistema de información integrado, público y transparente, que considere información hidrológica de fuentes superficiales y subterráneas, de calidad de aguas, datos sobre los derechos de aprovechamiento constituidos y reconocidos, sus transferencias y transmisiones, precios de las transacciones, entre otros. En Chile, existen importantes limitaciones e insuficiencias referidas a la obtención y manejo de la información, y a la generación de conocimiento. Es imprescindible superar dichas limitaciones e insuficiencias con miras a afrontar los complejos desafíos presentes y futuros que se presentan en este ámbito.
Recientemente, la Dirección General de Aguas (DGA) de Chile, órgano que ejerce la administración centralizada de las aguas en Chile, ha incorporado en su página web una sección denominada “Mercado del Agua”, que incorpora, a su vez, dos subsecciones: una sobre transacciones y otra sobre remates de derechos de aprovechamiento. En la primera, hay “Información histórica recibida de los Conservadores de Bienes Raíces en relación a los derechos de aguas”. Al ingresar, se despliega un listado de planillas Excel, en que figuran, distribuidas por regiones, un importante número de transferencias, transmisiones y otras transacciones o modificaciones de titularidad de derechos de aprovechamiento de aguas. Por su parte, en lo referente a los remates, se incluyen datos sobre remates realizados y por efectuar en aquellos casos en que, presentadas dos o más solicitudes de derechos de aprovechamiento en la misma fuente natural, no existe disponibilidad de aguas para satisfacer todos esos requerimientos, ante lo cual la legislación ha introducido el mecanismo de mercado (remate) para asignar originariamente los respectivos derechos de aprovechamiento.
Cabe resaltar la relevancia de este aporte de la DGA, pues, hasta ahora, sólo había algunos estudios académicos, focalizados en ciertas cuencas del país, que revelan ciertas señales en materia de transacciones de derechos de aguas. Allí se evidencia una alta dispersión en los montos asociados a estas operaciones, lo que se debe, en importante medida, a la carencia de un mecanismo revelador oficial de precios. Y es que cada transacción es el resultado de una negociación bilateral entre un comprador y un vendedor interesados, donde la información de que cada uno dispone afecta la capacidad de negociación y el resultado final, favoreciendo a aquel que cuenta con mejores antecedentes.
La información es uno de los activos más valorados de las instituciones, tanto públicas como privadas, pues permite y potencia la certeza (jurídica, entre otras). Es verdad que implica también una gravosa carga, que puede generar ciertas complejidades, pero que es ineludible, pues la sociedad contemporánea la está exigiendo, cada día con mayor fuerza, como uno de sus principales derechos. En ese contexto, resulta cada vez más insólito e insostenible que Chile carezca todavía de un sistema nacional de información de aguas completo, actualizado y de acceso simple y abierto para todos, en que conste la información sobre nuestros recursos hídricos y que sea la base de las decisiones regulatorias, de planificación, gestión y administración de este sector.
En tal línea, entonces, todos los avances que pueda propiciar la DGA son absolutamente bienvenidos y deben celebrarse y reconocerse como tales. Sin perjuicio de ello, ésta es una tarea que requiere también el fuerte compromiso y voluntad de los titulares de derechos de aprovechamiento y de las organizaciones de usuarios de aguas, actores a veces olvidados, pero sin cuya contribución ningún sistema de información de aguas será realmente completo.
Guillermo Donoso - Daniela Rivera
Centro de Derecho y Gestión de Aguas UC.